VIRGILIO ANTONIO NÓVOA GIL, «EL POETA DE LALÍN»


El olvidado y desconocido poeta y escritor de Lalín, Virgilio Antonio Nóvoa Gil, nació en el año 1913, en la parroquia de A Xesta, (Lalín, Pontevedra), era hijo de don Antonio Nóvoa, Administrador de Correos de Lalín y de doña María Gil, maestra. Publicó dos libros de poemas «Silencio», prologado por su amigo Manuel Machado, miembro de la Real Academia Española y director de la biblioteca Municipal de Madrid e intervino en la selección de las poesías de otro libro titulado «El Sueño Desanclado», poesías de amor, de paisaje, estados de alma, que revelan una sensibilidad aristocrática de signo místico y por tanto profundamente religioso y colaborador muy activo de la prensa periódica gallega.

Virgilio Antonio Novoa Gil

Virgilio Antonio Novoa Gil/AVN

Sus padres se separaron y desde muy joven se fue a vivir a Pontevedra con su madre y sus hermanas, aunque venia con frecuencia a Lalin. Educado en la Compañía de Jesús, estudió Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid.  Durante la Guerra Civil, estuvo movilizado en la Zona Nacional y veinticinco meses en el frente en el 15 Regimiento ligero de Artillería, en la Segunda Batería del Grupo Nandindel del Ejercito Nacional. En septiembre de 1939 fue denunciado falsamente, por actuaciones políticas izquierdista en el recinto universitario con anterioridad al Movimiento,  fue procesado y conducido a la cárcel de Yeserias; como dicha acusación era totalmente falsa como demostraron los documentos presentados y el testimonio de varios testigo, entre los que se encontraba el de su amigo Manuel Machado, el 19 de noviembre quedó en libertad.  En Pontevedra contaba con un amplio circulo de amistades y frecuentaba el café Savoy, donde participaba en tertulias con otros escritores, poetas y pintores, entre ellos el poeta Cuña Nóvas, con el que mantuvo una gran amistad. Los últimos años de su vida estuvo recluido en el manicomio de Toén (Orense), donde murió en 1970. Fue enterrado en el cementerio municipal de Pontevedra.

Portada de libro «Silencio»/AVN

Importante poeta y escritor gallego en lengua castellana. Un poeta auténtico, de voz cierta, amante del mar y de la emigración, como buen gallego.  En 1932, en Madrid, cuando tenía 18 años –casi  un joven adolescente- publicó su primer libro de poemas, “Silencio”, que fue prologado por su amigo Manuel Machado.  Este libro de poemas «es todo él una música muelle y tímida como el murmurar del arroyo que se desliza como si quisiera ocultar su modestia entre la hierbaFue a beber el  agua de sus primeras inspiraciones en aquellos parajes de Lalín en que los hombres parecen callar ante la elocuencia, muda también, de una fuente» (Ático). En el prólogo dice Manuel Machado, «este es un libro nuevo de un alma nueva y generosa».

Portada del libro «El sueño desanclado»/AVN

Su segunda obra de poemas, «El Sueño Desanclado”, la publicó en abril de 1936, fue revisada por otro grande de la literatura española Juan Ramón Jiménez; en este libro «hay un caudal inagotable de nostalgia y temor marineros, sus palabras y sus poemas están llenos de música y saudades, del ritmo y del rumor del mar traspasando todos los cuerpos de todos los amantes que miran asombrados y temerosos la piel verde del misterioso océano» (José Sanz y Díaz). También escribió «Agonía del hombre» (1949), libro que no llegó a publicarse. Fue un poeta de una nueva promoción de poetas, autor de poemas de intenso lirismo, sus versos, son de una corrección impecable tanto en la medida como en la rima, revelan una fina sensibilidad y están penetrados del espíritu norteño de su autor. Sus versos son de corte clásico en los que difícilmente se puede hallar restos de modernismos exóticos, tienen todos el escogido y grato perfume de lo selecto y a través de ellos se adivina el alma que ha soñado y sufrido como pocos.  Lalín puede alegrarse con el pensamiento de que ha dado a las letras españolas un poeta, un buen poeta, un artista de la rima.

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Virgilio Nóvoa Gil/Vida Gallega, Galiciana

Colaboró muy activamente en la prensa, publicando artículos y poesías en revistas y periódicos gallegos y madrileños. En el periódico  Ciudad, Semanario de Pontevedra, escribió los artículos: Tiempo de Transición, El Ideal y el Amor, El sentimiento religioso, Ser y sobrevivir, Hacia la vida y la luz, El sentido cristiano de la vida, Liberación cristiana, La soledad y el amor, Sombra de la nada, Ser el destino, Identidad del hombre, El sueño y el amor, Confusión e infecundidad, Tiempo de transición; en El Pueblo Gallego, publicó:  La visión del emigrante (publicado el día de Galicia de 1934), Un reportaje de guerra. Ejemplo y sacrificio. Gesta heroica de la 17 batería, Ruta y fervor de Emilio Carrere, Un libro de Novoa Santos («Inmortalidad», este libro según Virgilio, es un latido de un hombre bueno que se pone a cantar para ocultar su miedo a las tinieblas), Recuerdo e inquietud de Novoa Santos, Mística y poética de Unamuno, Al héroe (poesía), El grito de Chocano (sobre el poeta Santos Chocano); en los años 1932 y 1933 publicó en El Progreso de Pontevedra: Una mujer y un libro (sobre el libro «La voz en el viento», de Ernestina de Champourcín), Un alto en la ruta (poesía), Su pena (poesía), Del Madrid nocturno: Con Carrere (una conversación en Madrid con Emilio Carrere, en el Circulo de Bellas Artes), Soledad (poesía), A don Manuel Machado, en su largo silencio (poesía), Réplica a una alusión sobre arte, Una mujer y un libro;  en La libertad periódico de Madrid, tenía una sección titulada «Los líricos» donde publicada diariamente alguna poesía: Quedamente, Visión (A don Antonio Machado), Evocación, Posición, Incertidumbre, A Villaespesa cóndor herido, En la muerte de Salvador Rueda, un artículo en el aniversario de la muerte de su familiar el médico Nóvoa Santos; también publicó varios artículos en el Faro de Vigo. Durante la Guerra Civil, estando en el frente, recibió un libro del poeta gallego Ángel Sevillano, «O amor, o mar, o vento e outros gozos», al que contesta dando las gracias, con el artículo «Marinero de la muerte: Gozos y amarguras de un poeta», lleno de lirismo y nostalgia.

En la revista Sonata Gallega, dirigida por Ramón Peña, que fue la primera gran revista literaria y cultural de la posguerra en Galicia, publicó: Voz y sentido de la tierra, Árbol de sueño (poema), Del amor y del conocimiento de si mismo, Sueños de una semejanza terrenal. Colaboró con algunos artículos en la revista SPES. Órgano masculino de la Juventud de A. C. de Pontevedra: El hombre sueña su nombre, Soñar quienes somos, La unidad existencial. En la revista literaria de Pontevedra, Cristal, publicó: Canción del Recuerdo. En la revista «Vida Galega», publicada en Vigo, de tendencia conservadora, fundada y dirigida por Jaime Solá, publicó: Al oído (poema), Versos de juventud, Primaveral (poema), José Carbonel Alsina, Poemas dispersos, Romería (poema). En la revista estudiantil Almena, de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, colaboró con algunos poemas: El eco desvelado, Ahogada. Tú, El enigma. Nóvoa Gil destacó por su inmensa y brillante labor literaria,  de la que ha quedado constancia en varios periódicos y revistas, como los que citamos anteriormente.

Su primer libro «Silencio», fue prologado por su gran amigo Manuel Machado, con una poesía de augurio: 

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Poesía de Manuel Machado dedicada a Virgilio Antonio Novoa Gil/AVN

 Este es un libro joven / -oro, nácar y rosa- / con perfumes de lilas / y fulgores de amora… / Un libro rubio, alegre / y matinal (La alondra / canta y el agua corre, / o, extática atesora / la luz-ojo del campo / o sangre de la roca).

Este es un libro nuevo / de un alma nueva y moza / Es un libro que ríe / al primer sol… o llora / esa pena divina, / la pena deliciosa / de no sentir ninguna / y presentirlas todas

……………………..

Y tú, -¡Virgilio Antonio!- / el camino de gloria / sigue, que en Poesía / los tres dos nombres nombran.

Manuel Machado

Virgilio Antonio Nóvoa Gil escribió un artículo en El Compostelano, Año XV, nº 4161, 29 mayo 1934, en recuerdo de su pariente y amigo el gran médico Roberto Nóvoa Santos, un hombre bueno, recordando su temprana muerte mediante una elegía tenue, fugitiva y temblorosa.

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Roberto Nóvoa Santos, fotografía en Vida Gallega, 1927/w. Wikipedia

“MONÓLOGO Y AÑORANZA”. Al oído del espiritualista Dr. Roberto Novoa Santos.

¡Y tú te ibas muriendo fatigadamente, serenísimo, con un temblor de lumbre que se apaga! … ¡Se esclarecía el fuego de tu vida …, y se iba haciendo rojo de martirios …, y azul de inmortalidad …, y pálido de muerte! … ¡Y un aire frÍo gritó sobre tus sienes la llamada del Enigma! Y tus ojos, asombrados, sonrieron al Misterio, ebrios de luz … Luego, como un árbol roto sobre el júbilo de una cumbre, dejaste huir la sabia de tus ramas …

¿Hasta dónde? ¿Por qué senda inevitable, Roberto? En esa infinitud que habitas se extinguieron ya las campanadas que en la tierra doblaron por tu ausencia. Ya todo es licencio en torno tuyo. Un silencio que nos duele y apena, enluta y martiriza, porque, oyéndole, velaremos siempre tu añoranza. Y ahora, en este duelo tan roto de suspiros mi voz, esta mi nostálgica voz que tú sabes hermana de tu espíritu, quiere decirte su oración devota y elevar a ti el incienso de su cordial vivencia. Pero hay una sombra que anubla mis ojos, un íntimo fervor que enmudece mis palabras con sordina de dolores …

¿Y dónde estás? Te busco / dentro de mí y te veo / junto de mi corazón, / perenne en luminarias de recuerdos …

Aquí, junto a lo más noble de mí ser pervive tu silueta, lo más puro de tu imagen: tú recuerdo. Por eso mi palabra, al evocarte, es tan tenue y fugitiva … Porque mi voz, al hablarte, vibra solo en mi pecho y en mi cerebro, íntimamente, imantándome el alma …

¡Pobre Roberto! ¿Qué ves ahora en esa lejanía inaccesible para nosotros? Tú, que fuiste siempre un atento vigía de la inmortalidad, ¿confirmaste tus intuiciones extrahumanas? ¿Es esa la senda que tú vieras en sueños? … ¿Ese es el mundo espectral que tu cerebro adivinara? Tu voz de antaño dijo ante el enigma de la muerte: “Un salto en el abismo y luego …” ¿Qué? ¡Tú lo sabes ahora, Roberto! ¿Qué hay tras la cortina de ese “luego …”? ¡Y nada puedes decirnos. Luego ….. Luego ….. ¡Cuántas veces hiciste esta pregunta ante mi silencio turbio y desdeñoso como el que ahora me responde a mí! Sin embargo, sin embargo …

Yo también creo en la continuidad perdonable de la esencia vital, en esa otra personalidad – primitiva y auténtica – que recobramos después del tránsito inexorable. Y lloro tu ausencia con esta elegía tenue, fugitiva, temblorosa que suena solo en mi almario, junto a mi corazón, en el sagrario de mis recuerdos más sutiles …

… Porque tu laborabas con fe limpia, y eras un hombre bueno, / y eras un hombre bueno, / y tenías el alma / llena de sed, y sol, y azul y cielo … / Y ahora …

¡Pero un día / en ese mar inmenso / que surcas, nuestras naves / se encontrarán de nuevo! …

Virgilio Antonio Nóvoa Gil

Pontevedra, 28 de mayo, 1934

Publicado en Faro de Vigo, 29-12-2013

Antonio Vidal Neira.   Madrid, Abril de 2013

3 pensamientos en “VIRGILIO ANTONIO NÓVOA GIL, «EL POETA DE LALÍN»

  1. Una vez más hay que agradecer la publicación en el Faro de Vigo de los interesantes artículos del historiador lalinense Antonio Vidal Neira que nos dan a conocer acontecimientos y personajes de la comarca dezana y que para muchos son totalmente desconocidos.

  2. Honor a quien honor merece!
    Su lírica y la espiritualidad de sus letras le acreditan el título de porta de Lalín.
    Gracias al profesor Vidal Neira por su dedicación a la investigación historica de Lalín.

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