ILMO SR. D. ENRIQUE VIDAL BOBO


Uno de los mayores prestigios de la Hacienda Española

D. Enrique Vidal Bobo/Archivo E. Vidal Costa

D. Enrique Vidal Bobo/Archivo E. Vidal Costa

De modesto funcionario, paso a paso y debido a su clara inteligencia y austeridad, alcanzó las máximas categorías, hasta llegar a ser Presidente del Tribunal Contencioso Administrativo de Hacienda, cargo que desempeñó hasta que se jubiló. A raíz del advenimiento de la Dictadura de  Primo de Rivera, fue llamado por el Directorio Militar para ofrecerle ser titular de la cartera de Hacienda encargo que no aceptó. Aun estando jubilado era consultado muchas veces para saber sus valiosas opiniones en asuntos administrativos. En Lalín participaba en tertulias frecuentemente con sus convecinos y siempre se le escuchaba con respecto, donde con sus hermanos, hijos y sobrinos formó  su hogar y fue el patriarca de una prestigiosa familia.

Enrique María Vidal Bobo, padre del insigne matemático e Hijo Adoptivo de Lalín D. Enrique Vidal Abascal, nació en Lalín el 24 de febrero de 1862 y fue bautizado por el cura D. José Brandido, el 26 del mismo mes, era hijo de Juan Vidal Lores y Dª Socorro Bobo Alonso vecinos de la Villa de Lalín; nieto por su padre de D. Juan Vidal Fraga y Dª María de la Merced Lores Berta, también vecinos de Lalín y por su madre de D. Ricardo Bobo y Dª Isabel Alonso residentes en la ciudad de Santiago, fueron padrinos de bautizo D. Ruperto Sánchez Vidal y Dª Marcelina vecinos de la ciudad de Santiago.

Su padre, D. Juan Vidal Lores, Oficial de 5ª clase con destino en la Inspección de la Administración Subalterna de Lalín, en 1872 formó parte del Comité Radical de Lalín, cuyo presidente honorario era Eugenio Montero Ríos, el presidente efectivo era Javier Costa Moure; el vicepresidente Gumersindo Goyanes Losada y los vocales Casiano Vázquez Feijoo, Juan Vidal Lores y Manuel Palmaz; el secretario Mariano Gerpe; vicesecretario Salustiano Batalla. En 1917 fue elegido presidente del Centro Maurista de Lalín, cuya junta directiva estaba formada por un vicepresidente Gonzalo López Gutiérrez; un consiliario José María López Castro (cura de Lalín); un tesorero José Rivas Riveira; un secretario Wenceslao Garra Somoza; un vicesecretario Eduardo Madriñán y Madriñan y los vocales Manuel Noguerol Cacheda, Antonio Madriñán González, Arturo Blanco Aguerre, Trino Gutiérrez Areán y Miguel Varela Rodríguez.  Murió el 15 de febrero de 1917, a causa de una traidora enfermedad. Era una persona de gran arraigo y valía en Lalín, muy querido por su bello carácter y trato afable.

Su madre Socorro Bobo Alonso, hija de D. Ricardo Bobo, Auditor de Guerra, Secretario Honorario de S. M. y Juez de Primera Instancia del Partido Judicial de Lalín, murió en la villa de Lalín, era una mujer de excelentes virtudes y bondadosa en su trato y de esmerada educación. Su entierro fue una verdadera manifestación de duelo, al que acudieron numerosas personas de todas las clases sociales, demostrando las simpatías de que gozaba y lo mucho que le quería el pueblo de Lalín. Al entierro asistieron entre otros, el Jefe de Aduanas José Folla Yordi; el tesorero de Hacienda Federico Peña; el ingeniero Luis González Díaz; el jefe de Contribuciones  Manuel Barreiro y el Juez de Primera Instancia  Gerardo Fentanes; los oficiales Santiago Blanco Regueiro, José Fraga y  Federico López y  el abogado del Estado Sr. Lapuerta.

D. Enrique Vidal Bobo en Orense/Archivo E. Vidal Costa

D. Enrique Vidal Bobo en Orense/Archivo E. Vidal Costa

Su hijo D. Enrique Vidal Bobo, comenzó a trabajar en Hacienda, ingresando como Auxiliar de Hacienda y en 1900 ya era Tenedor de Libros de la Intervención de Hacienda en Oviedo. De 1905 a 1910, desempeño varios cargos de Administrador, Tesorero, Interventor, en Valladolid, Murcia, Oviedo, Madrid, Cáceres y La Coruña. En 1910 fue nombrado Delegado de Hacienda de Orense y en 1917, Delegado de Hacienda en La Coruña.

El 16 de julio de 1924, se constituye el Tribunal Económico Administrativo Central en Madrid y el Sr. Vidal es nombrado Vocal de dicho Tribunal, con la categoría de Jefe Superior de Administración. Al conocerse la noticia,  en Lalín fue verdaderamente grandiosa la despedida tributada con motivo de su nombramiento  y trasladado a Madrid, en circunstancias y condiciones verdaderamente honrosas para él, el pueblo en masa acudió a testimoniarle y ofrecerle su afecto y consideración. El Sr. Vidal hondamente emocionado, correspondió a las entusiastas manifestaciones de sus paisanos. Su querido amigo D. Ramón Aller Ulloa, también,  le felicitó por el nombramiento, mediante una carta en la que le decía entre otras cosas: “Mi distinguido amigo, cuando se supo en esta casa (la casa de la familia Aller) que te llamaban a Madrid y que ascendías, todos, naturalmente lo celebramos; pero, al mismo tiempo, algo de sentimiento por irte para más lejos, también lo hemos tenido”.

Enrique Vidal (derecha) con Calvo Sotelo

Enrique Vidal (derecha) con Calvo Sotelo/Archivo E. Vidal Costa

Los trabajadores de la  Delegación de Hacienda de La Coruña,  le dirigieron un escrito en el que le manifiestan el cariño y el respeto que sentían hacía él y le invitan a un banquete, por haber sido nombrado por el Directorio Militar de Primo de Rivera, Vocal del Tribunal Económico Administrativo Central, creado por R. O. de 16 de junio de 1914, dicen: “Mitiga en parte nuestro sentimiento, la recompensa que el Gobierno ha sabido otorgar a los méritos oficiales y personales del ilustre Jefe, y hacemos votos porque su estancia en la Corte le sea lo más grata posible a donde con nuestros espíritus continuaremos a su lado siempre, no pudiendo desearle éxitos en su nuevo cargo, porque éstos están descontados desde luego, pues para hacerlos latentes se le ha llamado a la alta posición central que va a desempeñar”. Le regalaron una artística placa de plata repujada.

Carta de Calvo Sotelo a Enrique Vidal/Archivo E. Vidal Costa

Carta de Calvo Sotelo a Enrique Vidal/Archivo E. Vidal Costa

En Cambados en julio de 1924, donde eran muy queridos los Vidal, D. Enrique fue obsequiado con un almuerzo, para celebrar su nombramiento como  Magistrado del Tribunal Supremo de Hacienda. En varios automóviles se trasladaron el señor Vidal y sus amigos a la finca que en  “Curtiñas” poseían los señores de La Maza. A los brindis hizo uso de la palabra el abogado pontevedrés don Isidoro Millán, quien ensalzó los méritos personales y las condiciones intelectuales del señor Vidal. Estos, dice: “le han abierto el camino en su vida de trabajos hasta alcanzar por su propio esfuerzo el honroso puesto con que hoy le distingue el Directorio”. Luego, leyó D. Joaquín Sánchez Peña, una carta del poeta de la Raza,  Ramón Cabanillas, que no había podido asistir al banquete, en la cual vierte párrafos llenos de cariño para el homenajeado y para su pueblo natal. A la terminación de la comida un afinado coro de jóvenes, cantó hermosas coplas gallegas.

Enrique dio las gracias a los asistentes al acto, demostrando en sus palabras el marcadísimo interés y cariño que siente por esta tierra, a la que dice jamás podrá olvidar por ir fuertemente engarzado su recuerdo con su alma. Entre los muchos amigos que asistieron al banquete estaban el cura párroco de Padrenda, el de San Vicente de Nogueira, el de Cambados, D. Aquilino Lois, que representaba a los empleados de Hacienda de Pontevedra, D. Francisco Fraga, jefe de Aduana de Vigo, etc.

Carta de D. Ramón Aller a Enrique Vidal/Archivo E. Vidal Costa

Carta de D. Ramón Aller a Enrique Vidal/Archivo E. Vidal Costa

En 1926, fue nombrado Presidente del Tribunal Económico Administrativo Central del Ministerio de Hacienda, con la consideración de Director General. En octubre de 1927 es nombrado miembro de la Asamblea Nacional,  cesando en el cargo en marzo de 1929. La Asamblea Nacional era un órgano creado por Primo de Rivera, tenía una naturaleza fiscalizadora y consultiva en la labor del gobierno y preparatoria de proyectos fundamentales,  las sesiones se celebraban en el Palacio del Congreso de Diputados y fue presidida por José María Yanguas y Messía. En octubre de 1928 es nombrado presidente del Consejo de Administración del Colegio de Huérfanos de Hacienda.

El Sr. Vidal era un importante colaborador y amigo del Ministro de Hacienda José Calvo Sotelo, al que el 19 de diciembre de 1928 le dirige una entrañable carta, pidiéndole la jubilación de Presidente del Tribunal Económico, después de 43 años al servicio del Estado, en la que dice: “Mi decisión ha sido meditada, no la promovió un desmayo transitorio del ánimo. Los achaques no me acobardan pero me aniquilan y no tengo energías que requieren el desempeño de este cargo y sus derivados… Le agradezco con toda mi alma sus múltiples atenciones, y esta, que tanto espero obtener entre las que más y quedo enteramente a sus ordenes muy obligado y muy afecto y atento amigo y subordinado”.  El 28 de enero de 1929, le contestó el ministro Calvo Sotelo: Mi querido amigo… he de manifestarle que, muy a pesar mío y  ante su resolución me vi precisado, lamentándolo mucho, a firmar su jubilación, privando así a la Hacienda de un funcionario de tanta competencia como Vd.” La jubilación le fue concedida por el Rey Alfonso XIII, el 12 de marzo de 1929. Su amigo el presidente de la Asamblea Nacional, Sr Yanguas, en contestación a  la solicitud de jubilación de la Asamblea Nacional, el 21 de marzo, le responde: .. he determinado el cese del cargo de Asambleísta del que ya se ha dado cuenta en la sesión de ayer, con gran sentimiento, por mi parte, al ver que la Asamblea queda privada de su valiosa cooperación, especialmente acreditada en la Sección Undécima”.

Carnet de la Asamblea Nacional/Archivo E. Vidal Costa

Carnet de la Asamblea Nacional/Archivo E. Vidal Costa

A lo largo de su carrera administrativa, visitaba frecuentemente su pueblo natal, Lalín, donde participa en la vida política y social, en febrero de 1909, el Sr. Vidal, formuló una reclamación contra el acuerdo de la Junta Municipal que designó para Colegio de la sección del distrito de Lalín, la casa vulgarmente llamada de la “Culpa”, debiendo a su juicio haberse designado para Colegio la Escuela de Gresande o la de Donsión. El 11 de Agosto de 1927 asistió a los solemnes funerales que por el alma de Loriga se celebraron en la parroquia de Prado.

El 22 de Enero de 1935, casi inesperadamente, aunque debido a su avanzada edad y  que se encontraba algo delicado, falleció D. Enrique Vidal Bobo uno de los mayores prestigios de la Hacienda Española. En Lalín, en Galicia y entre los funcionarios de Hacienda causó una enorme pena su muerte. Los solemnes funerales se celebraron en la Iglesia parroquial de Lalín el 24 de enero de 1935, al que  acudió una multitud de vecinos del ilustre finado y fueron oficiados por diecisiete sacerdotes entre los que se encontraba su amigo D. Ramón  Aller Ulloa, D. Evaristo Palmaz Crespo, D. Nicolás López Areán y el cura párroco D. José María López Castro; recibiendo cristiana sepultura en el viejo cementerio de Lalín. Su mujer Dª Carmen Abascal Ruiz había muerto en 1909 y fue sepultada en el atrio de la Iglesia de Donramiro.

 Fuente: Archivo  D. Enrique Vidal Costa

Antonio Vidal Neira, Lalín,  5/2/2015

Publicado en FARO DE VIGO,el 01/03/2015

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